sábado, 12 de noviembre de 2011

El manto de la Falta

Los árboles secos reverdecían, tomaban su color amarillo-naranja, sus hojas caían y en esqueletos se convertían. Mientras tanto lo negro de mis ropas se entristecían convirtiendose en algo muy opáco, letárgico, una voz muda, seca, desértica.
A veces creía que justamente ayer te habías ido, sin embargo no era así, el tiempo envejecío en tan solo tres años, me esforce en olvidarte, pero te recuerdo de una manera tan fresca, tú mirar violento que palidecía el mundo, tú caminar confuso, sin rumbo, agotaba tú supuesto lugar, tus gritos apagados en lo alto del pernoctar, un insomnio Amo que te ponía a trabajar en escritos infames.

A veces creía que era solo un juego, un sueño, porque cuando regresaba a casa de mis viajes desvariados tú venías conmigo ¿ Cómo puede ser que tú muerto pudieras volver al sitio donde pereciste e intentar seguir haciendo eso que nombraste vida?
¡Dejame en paz fantasma de mi historia! te lloré mucho y ni así me dejabas de hablar, interrumpiendo, irrumpiendo mis pasos ¿Porque no quisiste intentar vivir? no entiendo tu insistencia por encadenarte a mi sombra compañera.

Antes no te podía callar, ahora te callas y solo me hablas cuando callo para poder escuchar...

Hace casi un año te conocí amada mía, embelleciste mi lengua, mi andar, mi lecho, construyendo besos-petalos que nos llevan a una parte del cielo, donde nadie nos mira, donde inventamos nuestro fuego, ahí nuestra sangre nada en finos retruécanos de amor.
Esto me hace sentir como extranjero de mí, armando e inventando un lugar otro para nosotros.
Atráves de este lugar otro re-conocí al muerto que duerme debajo de mis sábanas color piel, siempre fui yo, soy yo y no-yo quiero vivir, también me pregunte sobre la ignorancia ante la cuestión: ¿Qué es la muerte? ¿Acaso la espero o la llamo cada vez que despierto y me pongo de pie? sigo sin tener una respuesta sobre la muerte, por el momento basta con decir - también he de morir.

Ora incluí la cuestión por la paternidad, ora me llevó al deseo, aunque mis palabras no abarcan para nombrar al Deseo, puedo decir que tú amada eres mí complice en este otro-lugar y este lugar-otro es una parte de mí deseo.
Un lugar-otro sin sentido de muerte.
Un lugar-otro para vivir sin sentido del ser...

Ortsac Navlag Odracir

jueves, 3 de noviembre de 2011

De nouveaux actes d´amour


¿Me encuentro en un ocaso de eternidad? Ahora todos los días imagino que despierto con los muertos de la ciudad, tal vez avergüenzo a la gente más cercana a mí, sueño poder ser un signo indescifrable, sin embargo solo sigo siendo o bien percibo que soy…

Ya la letra que rasgue para habitar, se ha ido a  un silencio que es tan ensordecedor como las lágrimas que brotan de Alta – miran (d)o, ¿eres tú quien pesa sobre mi espalda, sobre mis lenguas?

El día es la somnolencia de un ser perdido y olvidado que había aprendido a hablar, la noche dejo de ser el horror de un insomnio, dejo la  tiranía fantasmal ancestral, para pasar a la melancolía de la renuncia.

Escucho mi sangre correr aún atormentada por tú voz, tú nueva voz tan demandante, tan real, realmente hiríente, se que ya no respiras, pero el aliento que te pertenecia recorre la habitación recordandome los actos de amor.

Me ofrendaste en el crepúsculo un alimento faltante, como el último suspiro del ser en el mundo, no me cobraste ni pronunciaste una deuda, la ofrenda la convertí en mi horca, hoy mi cogote sangra y mancha mis pasos perdidos por mis actos negros.

¿He  de cargar esto hasta mi morada mortuoria?   ¿Cómo tirarte de mi logos tan lego de la muerte?...


Ortsac Navlag Odracir